Rafael es un anciano de ochenta y seis años con la enfermedad de Alzheimer avanzada.
La mayoría de los días está sentado pasivamente en su silla de ruedas. Aunque alrededor todo el mundo esté animado él da pocas señales de participación o de entender lo que sucede. Desde que recibe la visita en su propia casa de un familiar que viene a verle con su perrita Emma, su vida y la de sus cuidadores es muy diferente. Cuando Emma, una simpática carlina y la persona que cuida de ella entran en la habitación una sonrisa se le cruza de oreja a oreja a Rafael. Entonces Emma salta a saludarle en su regazo y Rafael que entiende el lenguaje incondicional de Emma, la acoge de buen grato y se siente feliz. Es como un pequeño milagro, sobretodo para los cuidadores que a veces creen que no van a verle sonreir más o escucharle una palabra suya de nuevo. Cada vez hay más centros y programas de asistencia a la tercera edad (incluso en su propio domicilio) que integran la terapia asistida con animales como estimulación física, cognitiva, psíquica, y espiritual en sus programas de asistencia a la tercera edad. Un animal puede ser una gran fuente de salud para las personas. Las personas que conviven con animales, se ha contrastado que se mantienen más activas y con mayor índice de socialización a lo largo de los años, tienen la presión arterial e incluso muestran mayores índices de supervivencia y/o recuperación ante cualquier enfermedad. La terapia con animales puede ser especialmente útil en personas de la tercera edad que sufren problemas cognitivos como el Alzheimer. Muchas personas con este tipo de demencia pueden experimentar períodos de agitación, especialmente por la noche, y esto puede ser muy molesto para ellos y también para sus cuidadores. También muestras signos de desorientación en el tiempo, y su habilidad para reconocer personas u objetos, puede verse mermada. Estudios muestran que el contacto regular con un animal puede ayudar a reducir la ansiedad producida por la sensación de soledad o desubicación, y aumentar la sensación de serenidad y armonía. Algunos pacientes con enfermedad de Alzheimer han sido capaces de dejar de tomar medicamentos contra la ansiedad o la degeneración neuronal después de un contacto regular con los animales. Los animales también ayudan a mejorar la ubicación del paciente respecto al mundo, despertándoles la memoria a largo plazo, y aportando sensaciones de la juventud. Incluso las personas con Alzheimer avanzado como Rafael, pueden responder a la reconfortante presencia de Emma, un animal terapéutico. Las personas con demencia están en riesgo de aislamiento y por tanto de sentir soledad. A medida que se van perdiendo la facultad de la memoria, y se vuelven más desorientados, pueden ser reacios a comunicarse por su inseguridad, con otras personas incluso de la propia familia o círculo de amistad. Emma sin duda ayuda a romper el hielo de la monotonía diaria de Rafael, y también la del grupo de cuidadores (en especial la del cuidador principal). En pocos segundos Emma es capaza de iniciar una conversación sobrehumana, devolviéndonos al milagro presente, con sus muecas y gestos payasescos, y sobretodo con su solicitud amorosa e incondicional. Serán los perros animales mucha más evolucionados que sus parientes humanos?. Después de todo, un animal sabe escuchar al prójimo y no nos empezará a juzgar de diferentes formas por nuestros comentarios, o aspecto físico. Un animal de compañía es un amigo de verdad, que te acompaña a la duras y las maduras, y no se interesa por cuanto tienes sino por quién eres, y cómo te sientes. Finalmente, añadir que las visitas de Emma al domicilio de Rafael (el cual tiene la fortuna de seguir estando cuidadado en el confort de su hogar), suponen una gran oportunidad de interaccionar, juguetear y expresarse abiertamente. En la actualidad se utilizan todo tipo de animales en programas terapeúticos como Otros caballos, gatos, conejos, cobayas, y peces. Cada uno tiene algo que aportar, y algunos son más adecuados que otros según el proceso del paciente humano. De esto la medicina china atesora grandes conocimientos en la mayoría de los países que se hacen llamar "desarrollados" todavía, por explorar.
La mayoría de los días está sentado pasivamente en su silla de ruedas. Aunque alrededor todo el mundo esté animado él da pocas señales de participación o de entender lo que sucede. Desde que recibe la visita en su propia casa de un familiar que viene a verle con su perrita Emma, su vida y la de sus cuidadores es muy diferente. Cuando Emma, una simpática carlina y la persona que cuida de ella entran en la habitación una sonrisa se le cruza de oreja a oreja a Rafael. Entonces Emma salta a saludarle en su regazo y Rafael que entiende el lenguaje incondicional de Emma, la acoge de buen grato y se siente feliz. Es como un pequeño milagro, sobretodo para los cuidadores que a veces creen que no van a verle sonreir más o escucharle una palabra suya de nuevo. Cada vez hay más centros y programas de asistencia a la tercera edad (incluso en su propio domicilio) que integran la terapia asistida con animales como estimulación física, cognitiva, psíquica, y espiritual en sus programas de asistencia a la tercera edad. Un animal puede ser una gran fuente de salud para las personas. Las personas que conviven con animales, se ha contrastado que se mantienen más activas y con mayor índice de socialización a lo largo de los años, tienen la presión arterial e incluso muestran mayores índices de supervivencia y/o recuperación ante cualquier enfermedad. La terapia con animales puede ser especialmente útil en personas de la tercera edad que sufren problemas cognitivos como el Alzheimer. Muchas personas con este tipo de demencia pueden experimentar períodos de agitación, especialmente por la noche, y esto puede ser muy molesto para ellos y también para sus cuidadores. También muestras signos de desorientación en el tiempo, y su habilidad para reconocer personas u objetos, puede verse mermada. Estudios muestran que el contacto regular con un animal puede ayudar a reducir la ansiedad producida por la sensación de soledad o desubicación, y aumentar la sensación de serenidad y armonía. Algunos pacientes con enfermedad de Alzheimer han sido capaces de dejar de tomar medicamentos contra la ansiedad o la degeneración neuronal después de un contacto regular con los animales. Los animales también ayudan a mejorar la ubicación del paciente respecto al mundo, despertándoles la memoria a largo plazo, y aportando sensaciones de la juventud. Incluso las personas con Alzheimer avanzado como Rafael, pueden responder a la reconfortante presencia de Emma, un animal terapéutico. Las personas con demencia están en riesgo de aislamiento y por tanto de sentir soledad. A medida que se van perdiendo la facultad de la memoria, y se vuelven más desorientados, pueden ser reacios a comunicarse por su inseguridad, con otras personas incluso de la propia familia o círculo de amistad. Emma sin duda ayuda a romper el hielo de la monotonía diaria de Rafael, y también la del grupo de cuidadores (en especial la del cuidador principal). En pocos segundos Emma es capaza de iniciar una conversación sobrehumana, devolviéndonos al milagro presente, con sus muecas y gestos payasescos, y sobretodo con su solicitud amorosa e incondicional. Serán los perros animales mucha más evolucionados que sus parientes humanos?. Después de todo, un animal sabe escuchar al prójimo y no nos empezará a juzgar de diferentes formas por nuestros comentarios, o aspecto físico. Un animal de compañía es un amigo de verdad, que te acompaña a la duras y las maduras, y no se interesa por cuanto tienes sino por quién eres, y cómo te sientes. Finalmente, añadir que las visitas de Emma al domicilio de Rafael (el cual tiene la fortuna de seguir estando cuidadado en el confort de su hogar), suponen una gran oportunidad de interaccionar, juguetear y expresarse abiertamente. En la actualidad se utilizan todo tipo de animales en programas terapeúticos como Otros caballos, gatos, conejos, cobayas, y peces. Cada uno tiene algo que aportar, y algunos son más adecuados que otros según el proceso del paciente humano. De esto la medicina china atesora grandes conocimientos en la mayoría de los países que se hacen llamar "desarrollados" todavía, por explorar.
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